Grillos
Todas las especies de grillos tienen un cuerpo compacto con un abdomen redondeado y patas de salto traseras largas y fuertes. Las hembras de los grillos se reconocen por el ovipositor. Con este apéndice las hembras ponen los huevos en la tierra. Los grillos machos sexualmente maduros se reconocen por su fuerte chirrido, el cual hacen sobre todo por las noches y al atardecer. Estos chirridos se originan con el frotar de las alas. Al hacerlo, el grillo golpea con una de sus alas delanteras sobre el borde estridente de la otra, generando así una vibración de las membranas (timbales).
El cuerpo del grillo doméstico es de color marrón claro con franjas oscuras, que en las larvas se condensan en una raya trasera oscura, con una banda marrón oscura entre los ojos y las antenas. Los animales adultos alcanzan una longitud de 18-23 milímetros, las hembras suelen ser un poco más grandes que los machos. Los huevos del grillo son blancos, estrechos y miden unos 2 milímetros de largo.